FOTOGRAFÍA DOCUMENTAL
La
humanidad empieza a representar la realidad mediante documentos gráficos
gracias al daguerrotipo. Pese a la complejidad de éste instrumento, su
aparición significó una gran revolución en el mundo de la información ya que
fue posible documentar eventos importantes para la sociedad humana como las
Guerras. Más tarde empezaría a crecer el interés por reproducir en imágenes
otras realidades sociales como la pobreza y la necesidad humana, y personajes
como Richard Beard, Jacob Riis y Lewis Hine se hacen presentes con su trabajo
documental para lograr este propósito. A medida que avanza el tiempo, aparecen
tendencias importantes como la “Fotografía Documental”. Esta rama de la
fotografía se consolidó como una de las más importantes para mostrar la
realidad del mundo y de la sociedad humana. Además de lo señalado
anteriormente, es fundamental recalcar que desde sus inicios la fotografía
documental, además de mostrarnos parte de la realidad del mundo, nos deja ver
también la visión personal del fotógrafo representada en el estilo y la manera
de construir sus imágenes; es por esta razón que esta rama de la fotografía
siempre ha llevado consigo cierto nivel de subjetividad.
La
fotografía documental ha sido quizá el género más desarrollado desde los
inicios de la fotografía, por aquella asociación inmediata que se hiciera de la
técnica fotográfica a una mayor "objetividad" en la captación de la
realidad que otras formas de representación visual. En esta área de la
fotografía las imágenes se utilizan como documentos históricos, lo que
inexorablemente nos lleva a recorrer la extensa galería que la historia, y
aquellos que estuvieron para retratarla, nos han dejado como legado. Para
decirlo más simple, esta escuela fotográfica fue creada con el fin de utilizar
las imágenes como pruebas documentales de una situación histórica particular.
Ejemplo de ello son Lewis Hine y James Van DerZee, dos pioneros de este estilo fotográfico.
Durante mucho tiempo los estudiosos de la fotografía documental la consideraron
el extremo opuesto de la fotografía artística, pero entonces apareció Paul
Strand y, con su estilo vanguardista, se atrevió a mezclar estas dos escuelas
demostrando que todo es posible en el arte fotográfico.
Este
estilo ha logrado a través de todos los tiempos mostrar al mundo la verdad al
desnudo de la realidad cultural, política y económica de nuestra sociedad. Para
algunos un estilo más, para otros un estilo imprescindible… para todos una
muestra del arte hecho historia.
La
Historia de la Fotografía Documental evolucionó en tres fases básicamente.
Primera Fase
En
su primera fase, se apoyaba en una base amplia y estaba directamente
relacionada con el propio invento de la fotografía. El álbum de fotografías
familiar ya era un tipo de fotografía documental, plasmaba escenas del mundo
real cuyo tema era importante para el fotógrafo. Con el tiempo, los fotógrafos
tenían algo más que decir que una simples instantánea. La fotografía transmitía
ideas que iban más allá de la imagen. El fotógrafo podía hacer que la escena
captada por su cámara generase otra realidad, más profunda y tal vez más
importante. Si el primer atributo de la fotografía documental era su capacidad
para transmitir la verdad del mundo real, el segundo era su capacidad para
comunicar el comentario del fotógrafo acerca de esta verdad. Los pioneros de
esta fase fueron: John Thomson (1837-1921), un guía de lo exótico. En las manos
de Thompson, la cámara enseñó por primera vez su potencial como un vehículo
para el comentario social. Benjamin Stone (1838-1914), un cronista de una era
desconocida; Jaques-Henri Lartigue (1896), un joven que describe a su familia.
Lartigue, en respuesta a si la fotografía era arte o no, propuso una respuesta
interesante para la época: "Todo es arte, nada es arte. Un cocinero, un
zapatero, un peluquero, son todos artistas, según el talento que tienen".
Jean Eugène August Atget (1856-1927), un eterno enamorado de París. Atget, decía
de sí mismo que era un realizador de documentos, dedicándose a las claras y
precisas vistas de su amada París de finales de siglo.
Segunda Fase
La
segunda fase de la fotografía documental, fue marcada por el descubrimiento del
poder de la cámara como espejo de la sociedad, para mostrar al mundo su propio
reflejo. Fue el despertar de la consciencia de la sociedad. Jacob Riis (1849-1914), al servicio de
los barrios pobres; y Lewis Hine
(1879-1940), contra el trabajo de los niños, fueron realmente los primeros
documentalistas sociales de la historia. Juntos convirtieron la fotografía
documental en un estudio de la condición humana. Luego en los años 30, los
fotógrafos de la Farm Security Administration (FSA) también se dieron cuenta
del potencial de la fotografía para los comentarios sociales. El punto en común
entre los más de treinta fotógrafos de la FSA era la consciencia social con los
propósitos de reforma. Su sentido del social, su compromiso eran las
características esenciales de estos fotógrafos. Entre ellos destacaban,
principalmente, Walker Evans, Ben Shahn, Dorothea Lange, Russell Lee. En 1928,
estos mismos fotógrafos unidos a otros formaron una organización de fotógrafos:
la Liga Fotográfica, la verdadera imagen del mundo. Otro grupo de fotógrafos
muy especial compartía su vocación de que la fotografía documental podía ayudar
a revelar lo mejor que hay en las personas. Entre ellos estaban: André Kertész,
con su estilo informal y personal; Paul Strand, con un propósito más agresivo;
Henri Cartier-Bresson, el momento era decisivo para él; Dorothea Lange, con sus
fragmentos del mundo destruido; y el gran W. Eugene Smith, que combinaba
diversos elementos de todos los demás, pero se destacaba por su ferviente y
cautivadora emotividad. Tal vez estos fotógrafos formen parte de la última
generación que abrigó esa esperanza de cambiar el mundo. Ellos habían
contemplado el sufrimiento humano y la desesperación. Al igual que los
novelistas románticos del siglo XIX, estos fotógrafos documentalistas creían que
cuando el hombre contemplase sus locuras se vería dispuesto o impulsado a
corregirlas. En 1950, sin embargo, era evidente que ellos no habían alcanzado
el éxito en su tarea de reformar a la humanidad. Se habían despertado algunas
conciencias, habían nacido algunas leyes, pero la humanidad no había sido
purificada por la fotografía, y muchos fotógrafos documentalistas,
desencantados, adoptaron un nuevo enfoque.
Fase Contemporánea
A
partir de ahí, la fotografía documental entró en la fase contemporánea de su
evolución, a partir del desarrollo de un nuevo concepto. La publicación del
libro "Los americanos", en 1958, por Robert Frank inauguró esta fase.
La mayor parte de los fotógrafos, al abandonar la causa por la lucha por la
vida y las acciones públicas, fijaron su atención en lo interno. Su
preocupación llevó al reconocimiento del interior del hombre y sus problemas
internos. Comunicar la realidad psicológica ahora era más importante que
transmitir la realidad visual o la realidad social. A partir de ahora, las
emociones del fotógrafo, o su experiencia eran tan fundamentales en la
fotografía como su visión del mundo. Esta nueva generación de fotógrafos era
considerada la de los críticos de la vida fácil – el mundo de la opulencia en
fotografías. Robert Frank, Lee Friedlander, Garry Winogrand, Diane Arbus, estos
fotógrafos no se sentían obligados a otra misión que la de contemplar la vida
con claridad; no se dispusieron a reformar el mundo, sino simplemente
intentaron conocerlo y reflejarlo. Winogrand dijo: "No hay mensajes en mis
fotografías... La verdadera labor en la fotografía es la de captar un poco de
realidad (sea lo que sea) en una película". En la década de los 60, la
fotografía documental empezó un retorno a sus principios, curiosamente, en busca
de sujetos. Las fotografías contemporáneas muestran semejanza con la vieja
instantánea familiar, pero esto es sólo superficialmente. Christian Sunde, Tom
Zimmerman, Arthur Freed, son algunos de estos fotógrafos que han descubierto
una nueva realidad para plasmar y comentar: sus fotos comunican las emociones y
las relaciones interpersonales de la vida privada. Estos fotógrafos apartaron
sus objetivos del tumultuoso mundo que les rodeaba y trataron de hallar las
verdades elementales en sí mismos y en sus momentos privados. Documentaron sus
experiencias personales, dando un enfoque subjetivo, ya utilizado anteriormente
por Lartigue. Desde el álbum fotográfico del siglo XIX hasta la colección de
imágenes íntimas del siglo XX, la fotografía documental sigue su espiral hacia
la comprensión de la sociedad y el hombre.
APLICACIONES DE LA
FOTOGRAFÍA
El
reportaje comprende la fotografía documental y la de prensa gráfica, y por lo
general no se suele manipular. Lo normal es que el reportero gráfico emplee las
técnicas y los procesos de revelado necesarios para captar una imagen bajo las
condiciones existentes. Aunque este tipo de fotografía suele calificarse de
objetiva, siempre hay una persona detrás de la cámara, que inevitablemente
selecciona lo que va a captar. Respecto a la objetividad, hay que tener en
consideración también la finalidad y el uso del reportaje fotográfico, las
fotos más reales, y quizás las más imparciales, pueden ser utilizadas como
propaganda o con propósitos publicitarios; decisiones que, en la mayoría de los
casos, no dependen del propio fotógrafo. Por el contrario, la fotografía
artística es totalmente subjetiva, ya sea manipulada o no. En el primer caso,
la luz, el enfoque y el ángulo de la cámara pueden manejarse para alterar la
apariencia de la imagen; los procesos de revelado y positivado se modifican en
ocasiones para lograr los resultados deseados; y la fotografía es susceptible
de combinarse con otros elementos para conseguir una forma de composición
artística, o para la experimentación estética.
Reportaje fotográfico
Toda
la fotografía es, en cierto sentido, un reportaje, puesto que capta la imagen
que perciben el objetivo de la cámara y el ojo humano. Los primeros
investigadores se limitaron a registrar lo que veían, pero en la década de 1960
se dividieron entre aquellos fotógrafos que seguían utilizando su cámara para
captar imágenes sin ninguna intención y los que decidieron que la fotografía
era una nueva forma de arte visual. La fotografía combina el uso de la imagen
como documento y como testimonio; subgénero que se conoce con el nombre de
fotografía social.
Estas
fotografías fueron publicadas en el año 1912 durante la inauguración del
trasatlántico TITANIC y el posterior desastre ocurrido por su hundimiento al
chocar con un iceberg en las costas de Terranova
Fotografía Documental
El
fotógrafo británico Roger Fenton consiguió algunas de las primeras fotografías
que mostraron con crudeza la guerra de Crimea al público británico. Mathew
Brady, Alexander Gardner y Timothy O’Sullivan documentaron la triste realidad
de la guerra de Secesión. Después de la contienda, Gardner y O’Sullivan
fotografiaron el Oeste de Estados Unidos junto con Carleton E. Watkins,
Eadweard Muybridge, William Henry Jackson y Edward Sheriff Curtis. Las claras y
detalladas fotos de estos artistas mostraron una imagen imborrable de la
naturaleza salvaje.
México
se convirtió en el punto de mira de fotógrafos franceses y estadounidenses,
debido a las relaciones políticas y de proximidad con sus respectivos países, y
al redescubrimiento de las civilizaciones azteca y maya. El francés Désiré
Charnay realizó interesantes fotografías de las ruinas mayas en 1857, además de
dejar un detallado relato de sus descubrimientos arqueológicos y experiencias.
El
trabajo de los fotógrafos británicos del siglo XIX encierra vistas de otros
lugares y de tierras exóticas. Cubrieron distancias increíbles cargados con el
pesado equipo del momento para captar escenas y personas. En 1860, Francis
Bedford fotografió el Oriente Próximo. Su compatriota Samuel Bourne tomó unas
900 fotos del Himalaya en tres viajes realizados entre 1863 y 1866, y en 1860
Francis Frith trabajó en Egipto. Las fotos de este último sobre lugares y
monumentos, muchos de los cuales están hoy destruidos o dispersos, constituyen
un testimonio útil todavía para los arqueólogos.
Las
fotos estereoscópicas que obtuvieron estos fotógrafos viajeros, con cámaras de
doble objetivo, supusieron una forma popular de entretenimiento casero en el
siglo XIX, cuando colocadas sobre un soporte especial podían verse en tres
dimensiones. Con la creación de la plancha negativa seca por Charles Bennett en
1878, el trabajo de los fotógrafos viajeros fue mucho menos arduo. En lugar de
tener que revelar la plancha en el momento, aún húmeda, el fotógrafo podía
guardarla y revelarla más tarde en cualquier otro lugar. En años recientes se
ha reanudado el interés por estas fotografías y han sido el tema de varias
exposiciones y libros.
Documentación social
En
lugar de captar la vida en otras partes del mundo, algunos fotógrafos del siglo
XIX se limitaron a documentar las condiciones de su propio entorno. De esta
manera, el fotógrafo británico John Thomson plasmó la vida cotidiana de la
clase trabajadora londinense alrededor de 1870 en un volumen de fotos titulado
Vida en las calles de Londres (1877). El reportero estadounidense de origen
danés Jacob August Riis realizó de 1887 a 1892 una serie de fotografías de los
barrios bajos de Nueva York recogidas en dos volúmenes fotográficos: Cómo vive
la otra mitad (1890) e Hijos de la pobreza (1892). Entre 1905 y 1910 Lewis
Wickes Hine, sociólogo estadounidense responsable de las leyes laborales para
niños, captó también en sus fotos a los oprimidos de Estados Unidos:
trabajadores de las industrias siderometalúrgicas, mineros, inmigrantes
europeos y, en especial, trabajadores infantiles. En Brasil, Marc Ferrez plasmó
en sus fotografías la vida rural y las pequeñas comunidades indias. En Perú, el
fotógrafo Martín Chambi recoge en su obra un retrato de la sociedad de su país
y en especial de los pueblos indígenas.
Las
fotos del francés Eugène Atget se sitúan a medio camino entre el documento
social y la fotografía artística, ya que su excelente composición y expresión
de la visión personal van más allá del mero testimonio. Atget, quizás uno de
los más prolíficos documentalistas de esta época, obtuvo entre 1898 y 1927 una
enorme cantidad de escenas poéticas de la vida cotidiana de su querido París y
sus alrededores. El cuidado y la publicación de su obra se deben a los
esfuerzos de otra hábil documentalista de la vida urbana, Berenice Abbott.
Durante
la Gran Depresión, la Farm Security Administration contrató a un grupo de
fotógrafos para documentar aquellas zonas del país más duramente castigadas por
la catástrofe. Los fotógrafos Walker Evans, Russell Lee, Dorothea Lange, Ben
Shahn y Arthur Rothstein, entre otros, proporcionaron testimonios gráficos
sobre las condiciones de las zonas rurales afectadas por la pobreza en Estados
Unidos. El resultado fue una serie de fotografías de trabajadores emigrantes,
aparceros, y de sus casas, colegios, iglesias y pertenencias. Fue tan
convincente como evidencia que como arte. La contribución de Evans, junto con
el texto del escritor James Agee, fueron publicados separadamente bajo el
título Elogiemos ahora a hombres famosos (1941), considerado como un clásico en
su campo.
Periodismo gráfico
El
periodismo gráfico difiere de cualquier otra tarea fotográfica documental en
que su propósito es contar una historia concreta en términos visuales. Los
periodistas gráficos trabajan para periódicos, revistas, agencias de noticias y
otras publicaciones que cubren sucesos en zonas que abarcan desde los deportes,
las artes y la política. Uno de los primeros fue el periodista o reportero
gráfico francés Henri Cartier-Bresson, quien desde 1930 se dedicó a documentar
lo que él llamaba el "instante decisivo". Sostenía que la dinámica de
cualquier situación dada alcanza en algún momento su punto álgido, instante que
se corresponde con la imagen más significativa. Cartier-Bresson, maestro en
esta técnica, poseía la sensibilidad para apretar el disparador en el momento
oportuno. Los avances tecnológicos de la década de los treinta, en concreto las
mejoras en las cámaras pequeñas como la Leica, así como en la sensibilidad de
la película, facilitaron aquella técnica instantánea. Muchas de las imágenes de
Cartier-Bresson tienen tanta fuerza en su concepción como en lo que transmiten
y son consideradas a la vez trabajo artístico, documental y periodismo gráfico.
Brassaï,
otro periodista gráfico francés nacido en Hungría, se dedicó con ahínco a
captar los efímeros momentos expresivos, que en su caso mostraban el lado más
provocativo de la noche parisina. Sus fotos se recopilaron y publicaron en
París de noche (1933).
El
corresponsal de guerra estadounidense Robert Capa comenzó su carrera con
fotografías de la Guerra Civil española; al igual que Cartier-Bresson, plasmó
tanto escenas bélicas como la situación de la población civil. Su fotografía de
un miliciano herido dio la vuelta al mundo como testimonio del horror de la
guerra.
Esta es la fotografía
más famosa de Robert Capa, en la cual podemos observar como el soldado Federico
Borrell es abatido el día 5 de septiembre de 1936 durante la guerra civil
española, esta foto rompió todos los esquemas en fotografía de guerra, ya que
nunca se había visto nada parecido. Esta fotografía expresa la frontera entre
la vida y la muerte.
Capa
también cubrió el desembarco de las tropas estadounidenses en Europa el día D
durante la II Guerra Mundial y la guerra de Indochina, donde halló la muerte en
1954. Otra fotógrafa, la italiana Tina Modotti, también estuvo en España
durante la Guerra Civil como miembro del Socorro Rojo. Asimismo, el español
Agustín Centelles realizó una importante labor documental durante la guerra,
tomando fotografías tanto del frente como de la retaguardia, entre ellas las de
los bombardeos de la población civil. En México, Agustín Víctor Casasola
recogió en su obra conmovedoras imágenes de la Revolución Mexicana y de Pancho
Villa. Más recientemente, el fotógrafo británico Donald Mc Cullin ha realizado
unos trabajos en los que recoge imágenes de los efectos devastadores de la
guerra, que se recopilaron en dos volúmenes bajo los títulos La destrucción de
los negocios (1971) y ¿Hay alguien que se dé cuenta? (1973).
A
finales de la década de 1930 aparecieron en Estados Unidos las revistas Life y
Look y en Gran Bretaña Picture Post. Estas publicaciones contenían trabajos
fotográficos y textos relacionados con ellos. Este modo de presentación, sin
duda muy popular, se asoció sobre todo a los grandes fotógrafos de Life
Margaret Bourke-White y W. Eugene Smith. Estas revistas continuaron
proporcionando una gran cobertura gráfica de la II Guerra Mundial y de la de
Corea con fotos tomadas por Bourke-White, Capa, Smith, David Douglas Duncan y
varios otros reporteros gráficos estadounidenses. Más tarde se utilizó la
fotografía para reflejar cambios sociales. Smith documentó, como ya lo había
hecho Riis con anterioridad, los devastadores efectos del envenenamiento por
mercurio en Minamata, aldea pesquera japonesa contaminada por una fuga de este
mineral en una industria local. También han realizado extraordinarios trabajos
los fotógrafos Ernest Cole, quien con Casa de esclavitud (1967) exploró las
miserias del sistema del apartheid de Suráfrica, y el checo Josef Koudelka,
conocido por sus espléndidas fotografías narrativas sobre los gitanos del este
de Europa.
Bibliografía
Fotografía
Digital de Alfonso Bustos Toldos. Páginas 8 y 9
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