martes, 15 de mayo de 2012


FOTOGRAFÍA DOCUMENTAL

La humanidad empieza a representar la realidad mediante documentos gráficos gracias al daguerrotipo. Pese a la complejidad de éste instrumento, su aparición significó una gran revolución en el mundo de la información ya que fue posible documentar eventos importantes para la sociedad humana como las Guerras. Más tarde empezaría a crecer el interés por reproducir en imágenes otras realidades sociales como la pobreza y la necesidad humana, y personajes como Richard Beard, Jacob Riis y Lewis Hine se hacen presentes con su trabajo documental para lograr este propósito. A medida que avanza el tiempo, aparecen tendencias importantes como la “Fotografía Documental”. Esta rama de la fotografía se consolidó como una de las más importantes para mostrar la realidad del mundo y de la sociedad humana. Además de lo señalado anteriormente, es fundamental recalcar que desde sus inicios la fotografía documental, además de mostrarnos parte de la realidad del mundo, nos deja ver también la visión personal del fotógrafo representada en el estilo y la manera de construir sus imágenes; es por esta razón que esta rama de la fotografía siempre ha llevado consigo cierto nivel de subjetividad.



La fotografía documental ha sido quizá el género más desarrollado desde los inicios de la fotografía, por aquella asociación inmediata que se hiciera de la técnica fotográfica a una mayor "objetividad" en la captación de la realidad que otras formas de representación visual. En esta área de la fotografía las imágenes se utilizan como documentos históricos, lo que inexorablemente nos lleva a recorrer la extensa galería que la historia, y aquellos que estuvieron para retratarla, nos han dejado como legado. Para decirlo más simple, esta escuela fotográfica fue creada con el fin de utilizar las imágenes como pruebas documentales de una situación histórica particular. Ejemplo de ello son Lewis Hine y James Van DerZee, dos pioneros de este estilo fotográfico. Durante mucho tiempo los estudiosos de la fotografía documental la consideraron el extremo opuesto de la fotografía artística, pero entonces apareció Paul Strand y, con su estilo vanguardista, se atrevió a mezclar estas dos escuelas demostrando que todo es posible en el arte fotográfico.



Este estilo ha logrado a través de todos los tiempos mostrar al mundo la verdad al desnudo de la realidad cultural, política y económica de nuestra sociedad. Para algunos un estilo más, para otros un estilo imprescindible… para todos una muestra del arte hecho historia.



La Historia de la Fotografía Documental evolucionó en tres fases básicamente.



Primera Fase



En su primera fase, se apoyaba en una base amplia y estaba directamente relacionada con el propio invento de la fotografía. El álbum de fotografías familiar ya era un tipo de fotografía documental, plasmaba escenas del mundo real cuyo tema era importante para el fotógrafo. Con el tiempo, los fotógrafos tenían algo más que decir que una simples instantánea. La fotografía transmitía ideas que iban más allá de la imagen. El fotógrafo podía hacer que la escena captada por su cámara generase otra realidad, más profunda y tal vez más importante. Si el primer atributo de la fotografía documental era su capacidad para transmitir la verdad del mundo real, el segundo era su capacidad para comunicar el comentario del fotógrafo acerca de esta verdad. Los pioneros de esta fase fueron: John Thomson (1837-1921), un guía de lo exótico. En las manos de Thompson, la cámara enseñó por primera vez su potencial como un vehículo para el comentario social. Benjamin Stone (1838-1914), un cronista de una era desconocida; Jaques-Henri Lartigue (1896), un joven que describe a su familia. Lartigue, en respuesta a si la fotografía era arte o no, propuso una respuesta interesante para la época: "Todo es arte, nada es arte. Un cocinero, un zapatero, un peluquero, son todos artistas, según el talento que tienen". Jean Eugène August Atget (1856-1927), un eterno enamorado de París. Atget, decía de sí mismo que era un realizador de documentos, dedicándose a las claras y precisas vistas de su amada París de finales de siglo.



Segunda Fase



La segunda fase de la fotografía documental, fue marcada por el descubrimiento del poder de la cámara como espejo de la sociedad, para mostrar al mundo su propio reflejo. Fue el despertar de la consciencia de la sociedad. Jacob Riis (1849-1914), al servicio de los barrios pobres; y Lewis Hine (1879-1940), contra el trabajo de los niños, fueron realmente los primeros documentalistas sociales de la historia. Juntos convirtieron la fotografía documental en un estudio de la condición humana. Luego en los años 30, los fotógrafos de la Farm Security Administration (FSA) también se dieron cuenta del potencial de la fotografía para los comentarios sociales. El punto en común entre los más de treinta fotógrafos de la FSA era la consciencia social con los propósitos de reforma. Su sentido del social, su compromiso eran las características esenciales de estos fotógrafos. Entre ellos destacaban, principalmente, Walker Evans, Ben Shahn, Dorothea Lange, Russell Lee. En 1928, estos mismos fotógrafos unidos a otros formaron una organización de fotógrafos: la Liga Fotográfica, la verdadera imagen del mundo. Otro grupo de fotógrafos muy especial compartía su vocación de que la fotografía documental podía ayudar a revelar lo mejor que hay en las personas. Entre ellos estaban: André Kertész, con su estilo informal y personal; Paul Strand, con un propósito más agresivo; Henri Cartier-Bresson, el momento era decisivo para él; Dorothea Lange, con sus fragmentos del mundo destruido; y el gran W. Eugene Smith, que combinaba diversos elementos de todos los demás, pero se destacaba por su ferviente y cautivadora emotividad. Tal vez estos fotógrafos formen parte de la última generación que abrigó esa esperanza de cambiar el mundo. Ellos habían contemplado el sufrimiento humano y la desesperación. Al igual que los novelistas románticos del siglo XIX, estos fotógrafos documentalistas creían que cuando el hombre contemplase sus locuras se vería dispuesto o impulsado a corregirlas. En 1950, sin embargo, era evidente que ellos no habían alcanzado el éxito en su tarea de reformar a la humanidad. Se habían despertado algunas conciencias, habían nacido algunas leyes, pero la humanidad no había sido purificada por la fotografía, y muchos fotógrafos documentalistas, desencantados, adoptaron un nuevo enfoque.



Fase Contemporánea



A partir de ahí, la fotografía documental entró en la fase contemporánea de su evolución, a partir del desarrollo de un nuevo concepto. La publicación del libro "Los americanos", en 1958, por Robert Frank inauguró esta fase. La mayor parte de los fotógrafos, al abandonar la causa por la lucha por la vida y las acciones públicas, fijaron su atención en lo interno. Su preocupación llevó al reconocimiento del interior del hombre y sus problemas internos. Comunicar la realidad psicológica ahora era más importante que transmitir la realidad visual o la realidad social. A partir de ahora, las emociones del fotógrafo, o su experiencia eran tan fundamentales en la fotografía como su visión del mundo. Esta nueva generación de fotógrafos era considerada la de los críticos de la vida fácil – el mundo de la opulencia en fotografías. Robert Frank, Lee Friedlander, Garry Winogrand, Diane Arbus, estos fotógrafos no se sentían obligados a otra misión que la de contemplar la vida con claridad; no se dispusieron a reformar el mundo, sino simplemente intentaron conocerlo y reflejarlo. Winogrand dijo: "No hay mensajes en mis fotografías... La verdadera labor en la fotografía es la de captar un poco de realidad (sea lo que sea) en una película". En la década de los 60, la fotografía documental empezó un retorno a sus principios, curiosamente, en busca de sujetos. Las fotografías contemporáneas muestran semejanza con la vieja instantánea familiar, pero esto es sólo superficialmente. Christian Sunde, Tom Zimmerman, Arthur Freed, son algunos de estos fotógrafos que han descubierto una nueva realidad para plasmar y comentar: sus fotos comunican las emociones y las relaciones interpersonales de la vida privada. Estos fotógrafos apartaron sus objetivos del tumultuoso mundo que les rodeaba y trataron de hallar las verdades elementales en sí mismos y en sus momentos privados. Documentaron sus experiencias personales, dando un enfoque subjetivo, ya utilizado anteriormente por Lartigue. Desde el álbum fotográfico del siglo XIX hasta la colección de imágenes íntimas del siglo XX, la fotografía documental sigue su espiral hacia la comprensión de la sociedad y el hombre.





APLICACIONES DE LA FOTOGRAFÍA



El reportaje comprende la fotografía documental y la de prensa gráfica, y por lo general no se suele manipular. Lo normal es que el reportero gráfico emplee las técnicas y los procesos de revelado necesarios para captar una imagen bajo las condiciones existentes. Aunque este tipo de fotografía suele calificarse de objetiva, siempre hay una persona detrás de la cámara, que inevitablemente selecciona lo que va a captar. Respecto a la objetividad, hay que tener en consideración también la finalidad y el uso del reportaje fotográfico, las fotos más reales, y quizás las más imparciales, pueden ser utilizadas como propaganda o con propósitos publicitarios; decisiones que, en la mayoría de los casos, no dependen del propio fotógrafo. Por el contrario, la fotografía artística es totalmente subjetiva, ya sea manipulada o no. En el primer caso, la luz, el enfoque y el ángulo de la cámara pueden manejarse para alterar la apariencia de la imagen; los procesos de revelado y positivado se modifican en ocasiones para lograr los resultados deseados; y la fotografía es susceptible de combinarse con otros elementos para conseguir una forma de composición artística, o para la experimentación estética.



Reportaje fotográfico



Toda la fotografía es, en cierto sentido, un reportaje, puesto que capta la imagen que perciben el objetivo de la cámara y el ojo humano. Los primeros investigadores se limitaron a registrar lo que veían, pero en la década de 1960 se dividieron entre aquellos fotógrafos que seguían utilizando su cámara para captar imágenes sin ninguna intención y los que decidieron que la fotografía era una nueva forma de arte visual. La fotografía combina el uso de la imagen como documento y como testimonio; subgénero que se conoce con el nombre de fotografía social.




   
Estas fotografías fueron publicadas en el año 1912 durante la inauguración del trasatlántico TITANIC y el posterior desastre ocurrido por su hundimiento al chocar con un iceberg en las costas de Terranova






Fotografía Documental



El fotógrafo británico Roger Fenton consiguió algunas de las primeras fotografías que mostraron con crudeza la guerra de Crimea al público británico. Mathew Brady, Alexander Gardner y Timothy O’Sullivan documentaron la triste realidad de la guerra de Secesión. Después de la contienda, Gardner y O’Sullivan fotografiaron el Oeste de Estados Unidos junto con Carleton E. Watkins, Eadweard Muybridge, William Henry Jackson y Edward Sheriff Curtis. Las claras y detalladas fotos de estos artistas mostraron una imagen imborrable de la naturaleza salvaje.



México se convirtió en el punto de mira de fotógrafos franceses y estadounidenses, debido a las relaciones políticas y de proximidad con sus respectivos países, y al redescubrimiento de las civilizaciones azteca y maya. El francés Désiré Charnay realizó interesantes fotografías de las ruinas mayas en 1857, además de dejar un detallado relato de sus descubrimientos arqueológicos y experiencias.



El trabajo de los fotógrafos británicos del siglo XIX encierra vistas de otros lugares y de tierras exóticas. Cubrieron distancias increíbles cargados con el pesado equipo del momento para captar escenas y personas. En 1860, Francis Bedford fotografió el Oriente Próximo. Su compatriota Samuel Bourne tomó unas 900 fotos del Himalaya en tres viajes realizados entre 1863 y 1866, y en 1860 Francis Frith trabajó en Egipto. Las fotos de este último sobre lugares y monumentos, muchos de los cuales están hoy destruidos o dispersos, constituyen un testimonio útil todavía para los arqueólogos.



Las fotos estereoscópicas que obtuvieron estos fotógrafos viajeros, con cámaras de doble objetivo, supusieron una forma popular de entretenimiento casero en el siglo XIX, cuando colocadas sobre un soporte especial podían verse en tres dimensiones. Con la creación de la plancha negativa seca por Charles Bennett en 1878, el trabajo de los fotógrafos viajeros fue mucho menos arduo. En lugar de tener que revelar la plancha en el momento, aún húmeda, el fotógrafo podía guardarla y revelarla más tarde en cualquier otro lugar. En años recientes se ha reanudado el interés por estas fotografías y han sido el tema de varias exposiciones y libros.



Documentación social



En lugar de captar la vida en otras partes del mundo, algunos fotógrafos del siglo XIX se limitaron a documentar las condiciones de su propio entorno. De esta manera, el fotógrafo británico John Thomson plasmó la vida cotidiana de la clase trabajadora londinense alrededor de 1870 en un volumen de fotos titulado Vida en las calles de Londres (1877). El reportero estadounidense de origen danés Jacob August Riis realizó de 1887 a 1892 una serie de fotografías de los barrios bajos de Nueva York recogidas en dos volúmenes fotográficos: Cómo vive la otra mitad (1890) e Hijos de la pobreza (1892). Entre 1905 y 1910 Lewis Wickes Hine, sociólogo estadounidense responsable de las leyes laborales para niños, captó también en sus fotos a los oprimidos de Estados Unidos: trabajadores de las industrias siderometalúrgicas, mineros, inmigrantes europeos y, en especial, trabajadores infantiles. En Brasil, Marc Ferrez plasmó en sus fotografías la vida rural y las pequeñas comunidades indias. En Perú, el fotógrafo Martín Chambi recoge en su obra un retrato de la sociedad de su país y en especial de los pueblos indígenas.



Las fotos del francés Eugène Atget se sitúan a medio camino entre el documento social y la fotografía artística, ya que su excelente composición y expresión de la visión personal van más allá del mero testimonio. Atget, quizás uno de los más prolíficos documentalistas de esta época, obtuvo entre 1898 y 1927 una enorme cantidad de escenas poéticas de la vida cotidiana de su querido París y sus alrededores. El cuidado y la publicación de su obra se deben a los esfuerzos de otra hábil documentalista de la vida urbana, Berenice Abbott.



Durante la Gran Depresión, la Farm Security Administration contrató a un grupo de fotógrafos para documentar aquellas zonas del país más duramente castigadas por la catástrofe. Los fotógrafos Walker Evans, Russell Lee, Dorothea Lange, Ben Shahn y Arthur Rothstein, entre otros, proporcionaron testimonios gráficos sobre las condiciones de las zonas rurales afectadas por la pobreza en Estados Unidos. El resultado fue una serie de fotografías de trabajadores emigrantes, aparceros, y de sus casas, colegios, iglesias y pertenencias. Fue tan convincente como evidencia que como arte. La contribución de Evans, junto con el texto del escritor James Agee, fueron publicados separadamente bajo el título Elogiemos ahora a hombres famosos (1941), considerado como un clásico en su campo.



Periodismo gráfico



El periodismo gráfico difiere de cualquier otra tarea fotográfica documental en que su propósito es contar una historia concreta en términos visuales. Los periodistas gráficos trabajan para periódicos, revistas, agencias de noticias y otras publicaciones que cubren sucesos en zonas que abarcan desde los deportes, las artes y la política. Uno de los primeros fue el periodista o reportero gráfico francés Henri Cartier-Bresson, quien desde 1930 se dedicó a documentar lo que él llamaba el "instante decisivo". Sostenía que la dinámica de cualquier situación dada alcanza en algún momento su punto álgido, instante que se corresponde con la imagen más significativa. Cartier-Bresson, maestro en esta técnica, poseía la sensibilidad para apretar el disparador en el momento oportuno. Los avances tecnológicos de la década de los treinta, en concreto las mejoras en las cámaras pequeñas como la Leica, así como en la sensibilidad de la película, facilitaron aquella técnica instantánea. Muchas de las imágenes de Cartier-Bresson tienen tanta fuerza en su concepción como en lo que transmiten y son consideradas a la vez trabajo artístico, documental y periodismo gráfico.



Brassaï, otro periodista gráfico francés nacido en Hungría, se dedicó con ahínco a captar los efímeros momentos expresivos, que en su caso mostraban el lado más provocativo de la noche parisina. Sus fotos se recopilaron y publicaron en París de noche (1933).



El corresponsal de guerra estadounidense Robert Capa comenzó su carrera con fotografías de la Guerra Civil española; al igual que Cartier-Bresson, plasmó tanto escenas bélicas como la situación de la población civil. Su fotografía de un miliciano herido dio la vuelta al mundo como testimonio del horror de la guerra.




Esta es la fotografía más famosa de Robert Capa, en la cual podemos observar como el soldado Federico Borrell es abatido el día 5 de septiembre de 1936 durante la guerra civil española, esta foto rompió todos los esquemas en fotografía de guerra, ya que nunca se había visto nada parecido. Esta fotografía expresa la frontera entre la vida y la muerte.



Capa también cubrió el desembarco de las tropas estadounidenses en Europa el día D durante la II Guerra Mundial y la guerra de Indochina, donde halló la muerte en 1954. Otra fotógrafa, la italiana Tina Modotti, también estuvo en España durante la Guerra Civil como miembro del Socorro Rojo. Asimismo, el español Agustín Centelles realizó una importante labor documental durante la guerra, tomando fotografías tanto del frente como de la retaguardia, entre ellas las de los bombardeos de la población civil. En México, Agustín Víctor Casasola recogió en su obra conmovedoras imágenes de la Revolución Mexicana y de Pancho Villa. Más recientemente, el fotógrafo británico Donald Mc Cullin ha realizado unos trabajos en los que recoge imágenes de los efectos devastadores de la guerra, que se recopilaron en dos volúmenes bajo los títulos La destrucción de los negocios (1971) y ¿Hay alguien que se dé cuenta? (1973).



A finales de la década de 1930 aparecieron en Estados Unidos las revistas Life y Look y en Gran Bretaña Picture Post. Estas publicaciones contenían trabajos fotográficos y textos relacionados con ellos. Este modo de presentación, sin duda muy popular, se asoció sobre todo a los grandes fotógrafos de Life Margaret Bourke-White y W. Eugene Smith. Estas revistas continuaron proporcionando una gran cobertura gráfica de la II Guerra Mundial y de la de Corea con fotos tomadas por Bourke-White, Capa, Smith, David Douglas Duncan y varios otros reporteros gráficos estadounidenses. Más tarde se utilizó la fotografía para reflejar cambios sociales. Smith documentó, como ya lo había hecho Riis con anterioridad, los devastadores efectos del envenenamiento por mercurio en Minamata, aldea pesquera japonesa contaminada por una fuga de este mineral en una industria local. También han realizado extraordinarios trabajos los fotógrafos Ernest Cole, quien con Casa de esclavitud (1967) exploró las miserias del sistema del apartheid de Suráfrica, y el checo Josef Koudelka, conocido por sus espléndidas fotografías narrativas sobre los gitanos del este de Europa.





Bibliografía



Fotografía Digital de Alfonso Bustos Toldos. Páginas 8 y 9






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